Algunas noches la Trinidad pasaba debajo del cielo, cerca de la tierra.
Era una construcción gloriosa y lúgubre. Yo distinguía los ojos del Padre brillando como brasas , los ojos del Hijo brillando como brasas ; y entre ambos muchas alas confusas y sombrías: esto era el Espiíritu Santo con las alas paradas , fijas. Todo era una construcción desnivelada , fija, que pasaba volando , con los bordes ferozmente abrillantados.
Y cuando se había ido parecía chiquitito , como si hubiesen cruzado tres abejas juntas. La azucena estaba creida con las blancas copas al cielo. esa hortensia parecía uvas , la otra hortensia un ramo de rosas. Y la honguera... De la honguera salían con miedo unos honguitos , redondos y afelpados, que corrían un poco , corrían con miedo , como si fuesen órganos sexuales que no perteneciesen a ningún cuerpo.
MAROSA DI GIORGIO ( LINK ARREGLADO E )
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